martes, 12 de marzo de 2013

Astilleros y talleres con problemas

La industria naval siente el peso de la crisis 
Sin nuevas órdenes de construcción a la vista y con dificultades para cobrar las reparaciones ya efectuadas, el sector sufre al compás de la pesca. Distintas estrategias para sobrellevar la coyuntura. 

La pérdida de competitividad de la industria pesquera tiene un claro efecto sobre su par naval, sobre todo en un puerto como el de Mar del Plata, donde ambas interactúan con fuerza. 


La última botadura de un nuevo buque se registró el 20 de febrero de 2012. La protagonizó el “Nono Pascual”, un costero de 25 metros de eslora surgido del astillero Federico Contessi. 

Desde entonces la crisis paralizó las órdenes de construcción. De todas maneras, la firma optó por seguir erigiendo buques pesqueros aún sin dueños, según revelaron. 

“Tenemos terminado un barco costero de unos 20 metros, que no es de nadie. Lo pudiéramos haber botado en agosto del año pasado, sólo le faltan los equipos electrónicos”, detalló Domingo Contessi, directivo de la empresa. 

Pero no es la única unidad bajo este esquema: “Además, estamos construyendo otro de similares características que tampoco por ahora tiene destino cierto. Hacemos esto para mantener a nuestro personal”, agregó. 

En diálogo con Pescare.com.ar, el empresario apuntó que sólo con las reparaciones no pueden sostener activos a los equipos de ingeniería, carpintería o tornería, por mencionar algunos. 

“Si no aparece nadie, en los próximos meses otorgaremos esos barcos a algún armador para que pueda explotarlo; no sé, veremos”, expresó. La vaguedad de la respuesta acaso sintetiza la incertidumbre que cruza a toda la cadena de valor. 

Por estas horas, talleres y astilleros incluso enfrentan dificultades para cobrar los trabajos realizados en diciembre, período habitual para la puesta a punto de la flota local. 

“Esto hace que estemos desfinanciados. Este mes hemos tenido problemas para pagar cargas sociales. Hay muchos talleres que están en la misma situación. Nunca nos había pasado de tener que pedir planes de pago para cubrir las cargas sociales”, ejemplificó Contessi. 

Preocupación extendida 
La inquietud por la caída en el nivel de actividad es compartida; aunque abordada con diferentes estrategias y miradas, desde SPI Astilleros. Así lo dejó entrever su gerente de relaciones institucionales, Miguel Ángel Sánchez. 

“La crisis que está viviendo la pesca nos afecta a nosotros también, sin dudas, en el tema reparaciones. Estamos siguiendo y viendo con preocupación el tema, deseando que la recuperación llegue lo antes posible”. 

Mientras tanto y sin perder de vista el peso específico del sector, en SPI siguen apuntando a la diversificación. En ese sentido, el mercado regional suma expectativas favorables. 

“Junto con todo el sector naval y representantes del Gobierno nacional estamos tratando de ver si llegamos a acuerdos concretos para encarar construcciones para Brasil. Desde los primeros días del año hemos estado abocados a este tema”, relató Sánchez. 

Luego, agregó: “Esto revalida la importancia del nuevo proyecto de normativa para impulsar la marina mercante y la industria naval. Los hechos deberían llevar a una pronta definición de ese marco”. 

Por otro lado, en la nave que SPI controla en Ortíz de Zarate al 2900, va tomando forma el “Emma B”. Se trata del primer buque remolcador que se está construyendo en la cuidad, en alianza con la firma holandesa Damen Shipyards Gorinchem, para reforzar la flota de Remolcadores La Plata. 


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